martes, 1 de noviembre de 2011

Ciclo.

La segunda noche de insomnio da lugar a un tercer día que sé, voy a desear no haber vivido.


Las horas girando en mi cama ahondan, más si se puede, las ojeras que presiden mi demacrado rostro.


La aguja de la báscula sigue bajando de modo preocupante, y el apetito... brilla por su ausencia.


Al menos, las lágrimas hace horas que cesaron, aunque hacen efímeras apariciones, ya que se agotaron durante la noche.


Cada vez discusiones más frecuentes, más dolor, más lágrimas... tengo miedo... porque sé que un día lo malo superará lo bueno... y tengo miedo de ese día... muchísimo más del que jamás he sentido... porque... jamás he sentido tanto por alguien como siento por ti...

-S-

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