miércoles, 5 de octubre de 2011

Mandrágora.

"Mi señora, [...] vuestra radiante belleza ha sido para mí una brillante estrella que me ha guiado hasta la victoria. Os suplico que vuestros luminosos rayos consientan rozar mi oscuro y triste corazón, arrancándolo de las profundas tinieblas en las que se halla sin vuestro favor. Os ruego aceptéis que os ofrezca mi esfuerzo de hoy, y perdonéis mi atrevimiento al solicitaros que me admitáis como vuestro caballero."

No hay comentarios:

Publicar un comentario