Él.
Nos empeñamos en pensar que va a ser perfecto, que va a sorprendernos a cada momento con pequeñeces que nos encanten, pero no es así.
Nos empeñamos en imaginar que los celos le llevarán a una pelea con el chico que intenta arrancarte de sus brazos, pero no lo hará.
Por mucho que tú intentes guiarlo por medio de sutilezas, por mucho que remarques una y otra vez lo que te encantaría, lo que apreciarías de verdad, no lo va a hacer.
¿Sabes por qué? Porque en la vida real, ni existen príncipes de cuento, ni macarras de película.
-S-
No hay comentarios:
Publicar un comentario