lunes, 5 de septiembre de 2011

El tiempo.

Nos desgasta, corrompe y consume hasta dejarnos bajo mínimos.




Hace que acabemos agobiándonos, que nos cansemos e incluso nos agotemos.


Desearía que se acelerase hasta el último de mis segundos o quizá que se parase en el instante en que tu cuerpo se funde con el mío.


Sea como sea... odio el tiempo, odio cada segundo, cada minuto y cada hora de mi jodida existencia.
Odio que el tiempo juegue con nosotros como quiere. Odio no poder decidir cuándo debe pararse y cuando avanzar sin control.
Odio que estemos todos atrapados en este reloj de arena que nos consume a todos.






-S-

No hay comentarios:

Publicar un comentario