Quizá sólo sean palabras, vuelan como locas en mi cabeza sin dejarse atrapar y cuando lo hacen, simplemente se diluyen... una y otra vez...
No sé... ¿qué pasa? ¿por qué ahora? El tiempo.
Ese corrosivo que escapa ante nosotros sin ningún tipo de remordimiento. ¿Cómo atraparlo? ¿Cómo lograr que vuelva a mí el tiempo perdido? Fotos, recuerdos, historias...
La vida no son fotos, son momentos, momentos en los que sentiste.
Odio, ira, rabia, alegría, tristeza, cariño, amor, dolor, calor, frío... tantísimas cosas que sentir, que experimentar en tan poco tiempo...
Fugaz... salvaje...
Se nos escapa la vida ante nosotros y no hacemos nada... la dejamos pasar... pasan los segundos, los minutos, las horas y los días... y al cabo del tiempo, los años... los siglos y, ¿qué seremos entonces? Nada.
¿Recuerdos? ¿De quién? ¿Acaso lograste algo para ser recordado?
Hazlo.
Es tu momento y el mío, el de cada uno de nosotros.
¿A qué esperas? Fracasa, cae y levanta. Y repite cuantas veces necesites hasta alcanzar el recuerdo, aquello que te haga sentir vivo.
Ahora.
No dejes que la vida se escurra entre tus manos.
Vuela, al igual que hace el tiempo, el aire y la memoria.
Sé.
Quien de verdad quieras ser y no dejes que nada ni nadie te impida elevarte y conseguirlo.
Triunfa.